Ru74 Rutas por la Provincia - 10/04/05
ITINERARIO: BIESCAS - PUENTE DEL DIABLO - BARRANCO LASIESO - CABAÑA DE CARBONEROS - BIESCAS

VISITAS: Museo - Castillo de Larrés.

 
         

NATURALEZA Y CULTURA POR “TIERRA DE BIESCAS” 

La salida 74 efectuó un recorrido lleno de contrastes: viento, nieve, sol…  

El sábado,  ya preparamos las mochilas y ropa de abrigo en cantidad por “si acaso…”. Saludos matinales en la mañana del domingo día 10 y al autobús que nos lleva en esta ocasión a la comarca del Alto Gállego, haciendo parada  en la bella población de Biescas, comienzo y fin de un recorrido circular por el que caminamos, luchando contra los elementos meteorológicos, a lo largo de la mañana. Pintaba mal el tiempo a la salida; luego, a lo largo de la marcha, más de setenta excursionistas disfrutaron de estupendas vistas gracias a la ventisca que cubría las montañas. 

Las 9 de la mañana marcaba el reloj cuando el grupo, desafiando al frío, comenzó la salida tomando el camino, hoy cubierto por la nieve, que desde Biescas (875 m.s.n.m.) enlaza con el santuario de Santa Elena. Rápidamente, tomando un poco de altura, podemos hacernos una idea del entorno del que vamos a disfrutar a lo largo de la mañana. No tardamos en adentrarnos en un paisaje que a veces echamos en falta los habitantes de la zona sur de la provincia: zonas boscosas y  verdes, donde destacan los pinares salpicados por bellos ejemplares de abedules, en plena fase de enseñarnos sus nuevas hojas. Interesante recorrido complementado con diversas mesas de interpretación que favorecen el conocimiento de la flora y geología de la zona.  

En una hora, después de pasar por la denominada “Fuente de la Silla”, con diversas leyendas relacionadas con Santa Elena, cruzamos las aguas del Barranco de Lasieso o l’Asieso por el conocido como “Puente del Diablo” de factura típica medieval (1.000 m). Algo buscaban algunos de nuestros andarines por ambos lados sin decir nada; quizá intentaban ver al diablillo del que toma nombre el puente, pero con el día que hacía seguro que se encontraba refugiado en otro lugar. 

En unos minutos el paisaje se abre cuando llegamos a la inmensa Planada de Santa Elena, lugar adecuado para almorzar, pero el viento lo impidió y éste se realizó un poco más tarde. Una rápida y lejana mirada al dolmen visitado en una “ruta” de la pasada temporada y tomamos la pista que se dirige a la derecha. Por ella caminamos un pequeño trecho  hasta llegar a una bifurcación que gira a la derecha. A cien metros, en un claro, perdemos unos minutos para contemplar la hermosa caseta de “Carboneros” (1.070 m), rehabilitada por el Ayuntamiento de Biescas. Curiosa y recia construcción utilizada como refugio en épocas pasadas, con planta cuadrada y techumbre circular formada por aproximación de hiladas.  

Volvemos para encontrarnos de nuevo con la pista; de forma suave se va ganando altura hasta una nueva bifurcación (1.075 m); giramos a la derecha, dejando a la izquierda la que discurre por el nombrado valle de Lasieso. A partir de aquí, unos tres kilómetros nos separan del barranco Iguarra, cruzando éste por una zona cementada (1.170 m). Un poco más de subida hasta el desvío de la pista del mismo nombre y una breve parada para disfrutar y fotografiar las bellas formaciones geológicos que aparecen en las cortadas paredes de la pista y, también, de la magnífica vista aérea que tenemos a nuestros pies: Tierra de Biescas y puerta del Valle de Tena. Nos encontramos a 1.220 m. de altitud, punto más alto de esta excursión.  

A partir de aquí, varias lazadas que hacen más ligero el descenso y en una hora volvemos a enlazar con el sendero por el que comenzamos a andar. Comida en “La Lifara” a base de migas, ensalada, ajoarriero y torrijas tensinas para recuperar el ánimo de esos amiguetes de “Rutas” que siempre están dispuestos a perder un ratito en una mesa, eso sí no sólo para saborear la comida, también para disfrutar de los compañeros de viaje.  

Aún quedaba la visita cultural vespertina: el Museo Nacional de Dibujo de Larrés; castillo de época medieval con vestigios de una torre defensiva del S. XI y construcción en los S. XIV-XVI de otra torre y dependencias en torno a un pequeño patio central, convirtiéndose en castillo-palacio. Fue de los marqueses de Ayerbe y de los Urriés y, en 1983, los descendientes de Sixto Antonio Belío lo donaron a la Asociación Amigos del Serrablo para dedicarlo al Museo de Dibujo”. En esta ocasión tuvimos el privilegio de recorrer el magnífico Museo escuchando las explicaciones de Julio Gavín, director del Museo y, asimismo, de la Asociación Amigos del Serrablo; en pocas palabras, un lujo para el grupo. Gracias, amigo Julio, no sólo por la visita, también por la labor que ha desempeñado, desempeña y desempeñará esta Asociación que presides. 

Después de saborear la visita, al autobús; tras unos minutos de charla, los comentarios van bajando de tono hasta que se observa que la mayoría de los ocupantes del autobús quedan sumidos en un sopor que dura prácticamente la distancia que nos separa de Huesca. Despedidas en la estación y palabras de compromiso para volver a reunirse en la próxima salida, esta vez recorriendo en parte la comarca de Ribagorza.