Travesía número 293 - 5 de Febrero de 2012


Casa de Estebañón-Ermita de Fabana-El Huevo-Vadiello


Caminar nevando, todo un placer

Desde el embalse de Guara al de Vadiello pasando por la ermita de Fabana

El pasado domingo día cinco apareció claro, con un ligero viento, nada que ver con la ventolera del día anterior, y sin mucho frío y eso que las previsiones eran de "frío siberiano" por ello íbamos preparados para "todo". A las nueve y diez el autobús nos dejaba en la explanada donde está la casa del ingeniero que dirigió la construcción de la presa de Guara en el río Calcón. Comenzamos nuestra andadura por la pista que se dirige a San Cosme y San Damián que en unos quince minutos nos lleva a casa Estebañón. Aquí confirmamos el acuerdo a que habíamos llegado con los cazadores de la zona. En época de caza la organización de la travesía contacta varías semanas antes con los responsables de los cotos por donde se va a caminar para darles a conocer nuestro itinerario y que ellos planifiquen la batida de caza para esa fecha  por otra zona. En estos casos los acuerdos entre senderistas y cazadores son buenos y necesarios. Gracias a ellos una vez más.

De la misma casa, bordeando el pinar por la derecha, sale una senda que entre coscojas, tomillos y aliagas alcanza un pequeño collado que nos ofrece una bonita vista hacia la Hoya de Huesca y hacia la sierra de Guara. La senda desciende con suavidad entre pinares hasta llegar a la cola del pantano de Calcón, va contorneándolo y termina en una pista que tomaremos hacia la derecha y a menos de cien metros un magnífico cartel presenta al caminante las posibles alternativas: siguiendo recto hacia la Virgen de Arraro y Santa Cilia de Panzano, hacia el norte Nocito y la ermita de Fabana y retrocediendo por donde venimos, la pista nos llevaría, superando un fuerte desnivel, a la derruida Tejería donde contactaríamos de nuevo con la pista que se dirige a San Cosme. Este punto es inicio de uno de los itinerarios más frecuentados para acceder al Tozal de Guara.

En este cruce decidimos ponernos a almorzar, el cielo se había cubierto, la temperatura fresca, sin viento y empezaban a caer, como distraídos o perdidos, algunos copitos de nieve. A las once menos cuarto "mochilas a la espalda y cara al norte" acompañados ya de una liviana nevada. El camino asciende con suavidad paralelo al río Calcón, que habremos de atravesar dos veces sin problemas pues el caudal de agua es mínimo,  entre un bosque de pinos. La nevada iba en aumento y la parte superior de las mochilas, o sus fundas, ya eran dominio del color blanco. Deberemos ir fijándonos para ver otro camino, un poco más estrecho, que sale por nuestra izquierda y que nos llevará, tras cruzar el río, a la ermita de Fabana ya que si siguiéramos rectos nos introduciríamos en las Gargantas del Calcón que es la ruta que no llevaría al pico de Guara o por el collado de Petreñales a Nocito.

 

 

La ermita de Fabana es una construcción románica del s. XII formada por una pequeña nave con ábside semicircular y torre que está en ruinas, libre de maleza a su alrededor pero sin tejado en varios puntos. Aquí ya llevábamos un rato disfrutando de caminar bajo la nieve pues la nevada era copiosa y árboles, arbustos y senda habían uniformado su color. Continuando por la senda cruzaremos un pequeño barranco y otra vez deberemos agudizar la observación ya que es necesario dejar la senda por la que venimos, que continua hasta terminar a media ladera en la ya mencionada Tejería, y tomar un estrecha senda que parte a nuestra derecha (hay un mojón indicativo) y comienza un leve ascenso hasta llegar al Alto de la Carrasca, divisoria de vertientes entre los ríos  Calcón y  Guatizalema, y encontrarnos una vez más con la senda que va a San Cosme cuyos edificios podemos contemplar más abajo. Eran las doce de la mañana.

Por la pista, que ya al principio nos llevó a casa Estebañón,  iniciamos el descenso con todo cubierto de nieve aunque la nevada había cesado y todo apuntaba a que pronto veríamos el sol. Poco después aparece un cartel a nuestra derecha que indica el desvío hacia el Huevo de San Cosme. La senda asciende con varias lazadas hasta alcanzar la parte superior de la roca que está sobre las edificaciones del santuario de San Cosme y San Damián y entonces se introduce por entre un precioso y llamativo bosque de carrascas entre dos paredones rocosos que posibilitan que la zona tenga un clima muy particular lo que conlleva una exuberante vegetación. Al llegar frente al monolito de pudinga que es el Huevo se puede continuar hasta llegar a una cortada desde la que se ve muy abajo, muy abajo el pantano de Vadiello. El regreso por el mismo itinerario nos llevará de nuevo a la pista por la que iremos descendiendo, ahora gozando del sol,  viendo las distintas capillas hasta llegar al Santuario.    

Los cazadores de la zona trasladaron al guarda nuestro deseo de poder ver la iglesia y en efecto al llegar al lugar se nos invitó a ver la capilla que acoge la imagen de los santos gemelos, "Cosme y Damián debajo una piedra están", al abrigo de la impresionante roca y también pudimos ver la remodelación que han sufrido todos los edificios.

Por una senda, anunciada, que sale de la verja de entrada se baja al barranco y por la otra orilla se asciende hasta llegar a un plano en cuyo centro hay un esconjuradero conocido como Cruz Blanca o Cuatro Vientos. Al lado encontramos la pista que en media hora nos pondrá a la vista los altivos mallos de Ligüerri, que se ven reflejados en las aguas del pantano de Vadiello, y tras cruzar la pista y pasar bajo los túneles llegar al autobús. Eran las tres menos cuarto.

Hacia un viento fuerte, frío y cortante pero dos compañeros habían ido por la mañana al refugio de Peña Guara habían encendido fuego, preparado brasa y por todo ello la comida fue variadísima pero siempre fundamentada en productos del cerdo. Con buen apetito y buena brasa... ya se sabe lo que toca. Además como se festejaba Santa Águeda hubo invitación a rosquillas y vasito de moscatel. Gracias compañeros.

El próximo día 19 de febrero la travesía número 294 nos llevará por Barbenuta, Oliván y Susín para terminar en Oros Bajo y ver la magnífica cascada y badina del barranco Os Lucas.