17 de Febrero de 2013 - Travesía nº 312 / Nocito - Vadiello

 

Por las Gargantas del río Guatizalema
Travesía desde Nocito, al norte de la Sierra de Guara, a Vadiello en su cara sur


A las siete y media de la mañana el pasado domingo día 17 con niebla alta salíamos 84 senderistas hacia el valle de Nocito. Pasar de la cuenca del Isuela a la del Flumen obliga a superar el puerto de Monrepós, por la carretera antigua, y para pasar a la del Guatizalema el puerto de Lúsera, ello supone vueltas y revueltas por carretera estrecha pero con mínima circulación y que sólo presentaba la zona del desfiladero de la Carruaca con vestigios de nieve y hielo, ahora eso sí, los campos adornados con una hermosa rosada. Al llegar a la pardina de Orlato queda ante nuestros ojos la cara norte del emblemático pico de Guara y allá al fondo nuestro destino, el pueblo de Nocito.
Junto al bonito puente que da entrada al barrio de San Pedro iniciamos nuestra andadura, a las nueve y diez, siguiendo el camino que discurre junto a la orilla geográfica derecha del Guatizalema. Arrancamos a buen paso ya que era necesario entrar en calor pues caminábamos a la sombra y por terreno parcialmente helado. Al cabo de una hora nos encontramos con cazadores que empezaban una batida por la otra orilla del río, por la zona de la Pillera, por lo que no nos suponía ningún peligro pero si oíamos a los perros y en varias ocasiones disparos.

 


Dejado el camino principal, muy bien indicado, hay que cruzar el río por las Pasaderas de Caxicar, son media docena de grandes piedras, bien asentadas en el cauce, que facilitan mucho el vadearlo pero su parte superior tenía una fina capa de hielo por lo que exigía muchísimo cuidado el pasarlas sobre todo los primeros que lo intentaron, luego, echando hierbas secas y pequeñas ramas sobre las partes más resbaladizas, los riesgos fueron menores y todos llegamos al otro lado sin más que algún que otro chapuzón, de uno o de los dos pies. Cuando esto ocurre la bota se llena inmediatamente de agua, en este caso bastante fría, pero si se sigue caminando pronto el calor corporal eleva la temperatura del pie y tan apenas se nota. La opción de cambiarse de calcetines, repuesto se lleva, sirve de poco pues la humedad interior de la bota pronto humedece el nuevo calcetín.
Tras una corta pero fuerte subida alcanzamos el antiguo camino de los Carboneros que vamos a seguir durante un buen trecho. Transcurre en dirección sur-norte, con continuas subidas y bajadas, por la falda de la Cresta de Fragineto que está poblada de numerosas carrascas y cajigos por lo que proporcionaba abundante madera para elaborar carbón vegetal, producto que durante muchos años fue la fuente de calor básica de las familias de la clase media. A poco de iniciarla, en los antiguos campos de Caxicar almorzamos mientras recibíamos los primeros rayos de sol. Eran casi las once de la mañana.
La bonita senda, obligada para salvar los peñascos a cortos pero pronunciados repechos constituye un auténtico rompepiernas, alcanza cierta altura lo que nos permite contemplar el cauce del rio que ha formado un barranco de considerables dimensiones en cuanto a profundidad y anchura. Cuando se estrecha es momento de ir descendiendo de forma rápida a la búsqueda de las "pasaderas del Proyectil" que nos permitan cruzar el Guatizalema que como ha recibido tres o cuatro barrancos suponemos que bajará con bastante caudal. Al llegar a la orilla un cartel avisa de la peligrosidad de cruzar si el agua cubre las piedras.
El martes anterior unos compañeros se habían desplazado a ver el caudal y se decidió, si no llovía hasta el domingo, hacer la travesía siempre y cuando se colocara algún elemento de seguridad pues de perder pie al cruzar, las posibilidades de ser arrastrado unos metros rodando por el agua eran grandes, por ello Jesús V., Sergio y Jesús E. nos adelantamos y colocamos una cuerda de lado a lado por lo que al apoyar encima del agua, que rebosaba por encima de las piedras, se disponía de una agarre de seguridad para no ser arrastrado. Tras un buen rato, todos sin novedad al otro lado. La gran dificultad de la jornada, superada. Era casi la una de la tarde.
La senda al otro lado del río es más estrecha, pasa junto al pie del enorme monolito que es el Proyectil, que se nos presenta como un reto de escalada, y va bordeando el pantano describiendo un gran arco que se ve interrumpido por un estrecho congosto y que obliga a ganar altura hasta la base del pico Borón. El repecho salva casi 170 m de desnivel prácticamente en perpendicular, sin descansillos y con mínimas lazadas ya que es una pedrera y por tanto un terreno poco estable. En senderismo estos trechos tienen un nombre: revientachulos ( y revientachulas, me precisó alguien) y en pleno esfuerzo te acuerdas de lo mullido del sillón de casa y una pregunta te viene a la mente ¿estaré yo ahora en el lugar correcto? .
Al llegar arriba han preparado un mirador que permite ver la parte alta del pantano de Vadiello encajonado en una profunda garganta. Ahora toca ir descendiendo de forma continua hasta que a la vuelta de un recodo quedan ante nosotros los Mallos de Ligüerre que presiden la presa del pantano. Durante todo el camino hemos podido constatar que se ha trabajado mucho y bien mejorando todo el trayecto poniendo pasamanos en lugares delicados, marcando escalones en zonas rocosas y un puente para superar el barranco que hay tras pasar los tres túneles. Pasadas las tres y media nos sentábamos a comer en el refugio que Peña Guara tiene en la zona y que unos compañeros nos habían preparado.
El día 3 de marzo tenemos programado el anual paseo con raquetas de nieve para ir a contemplar Telera desde el ibón de Piedrafita y alrededores.